sábado, 25 de mayo de 2013

Dependencia Emocional


Psic. Licia López Carrillo

            La dependencia emocional es un concepto utilizado con cierta frecuencia, pero que no ha sido claramente delimitado, ni estudiado. Es un trastorno de la personalidad enmarcado dentro de las dependencias afectivas aunque para otros autores se trata de un trastorno adictivo, en el que el objeto que provoca la adicción es la relación de pareja, y su objetivo es llenar un vacío en el sujeto que la padece. Está relacionado con las emociones y la capacidad o calidad para establecer vínculos significativos con otras personas, al tratarse de un trastorno de la personalidad, tiende a tener un patrón crónico y estable a lo largo de la vida de la persona.

En sus relaciones amorosas, los dependientes emocionales manifiestan hacia su pareja un tipo de apego "ansioso", caracterizado por una continua necesidad de saber que es amado por su pareja, dificultades para llevar una vida independiente, miedo a no ser querido, miedo a la pérdida del objeto de su amor y celos frecuentes. Ideas contradictorias sobre el amor y dificultad para romper aún cuando la relación sea altamente problemática y generadora de malestar para el dependiente. El intenso miedo a la pérdida y a la soledad contamina el vínculo establecido en la pareja.
La incidencia que presenta este trastorno en la población adulta ronda el 10%, y la gran mayoría de los afectados son mujeres (75%).

Características del dependiente emocional
  1. Necesidad de estar en pareja, intolerancia a la soledad.
  2. Baja autoestima, la cual provoca una necesidad de aprobación constante por parte de los demás, así como un gran temor al rechazo social.
  3. Dificultades para decir "NO": se anteponen continuamente los deseos y necesidades de los demás a los propios.
  4. Relacionado con el punto anterior, encontramos que el dependiente emocional ocupa un papel de inferior en la relación de pareja, aunque eso no excluye que pueda suceder lo contrario, ya que también existe la "dependencia emocional dominante"
  5. Sentimientos no resueltos de culpa, rabia, ira, aislamiento y miedo. Todos estos sentimientos provienen de la infancia del sujeto, de las relaciones que se establecieron con los progenitores o tutores.
Es muy  frecuente que  las relaciones de pareja de los dependientes emocionales suelan ser muy dolorosas, ya que eligen como pareja a personas que parecen incapacitadas para amarles. Personas con un alto grado de egoísmo y narcisismo, y esta es la gran paradoja, puesto que el dependiente emocional lo que busca por encima de todas las cosas, es ser amado. 
 
Hoy se dificulta poder tener un modelo de relacion no dependiente, ya que por años se ha difundido como la imagen del "verdadero" amor en nuestra cultura  terminos como: no puedo vivir sin el, mi media naranja, mi alma gemela, el/ella me hace feliz, volviendose con el paso de los años parte de nuestro inconciente colectivo e invitándonos a depositar en el otro el centro de nuestro universo y perdiendo el eje que gire sobre nuestra propia exitencia. En aras del romanticismo estas figuras amorosas han sido preponderadas al máximo, estableciendose como iconos del amor sublime que redime y rescata de la vida cotidiana, y de la responsabilidad de hacerse cargo cada quien de la propia existencia y de la felicidad que conlleva. Nos encanta el cuento del príncipe que salva a la princesa y la princesa que con su beso de amor, trasforma a un sapo en el hombre amado (que siempre resulta ser un príncipe)

Pero a final de cuentas todo cuento nos sugiere la idea de esperar la presencia del otro para ser, para despertar, para resurgir y brillar. Sería más sano que esos despertares y brillos surgieran del encuentro interior, de la realización con la propia vida y que al final de haberse encontrado y estar satisfechos con quie se es, el ser humano desidiera compartir esa plenitud y alegría con un otro.  

martes, 21 de mayo de 2013

Selección de Pareja

 Psic. Licia López Carrillo


            Cada día es más común escuchar sobre las dificultades para encontrar un compañero(a) de vida y  formar pareja,  la percepción de muchos hombres y mujeres  se torna más seria al observa los porcentajes de rupturas y divorcios que existen.  Se habla de diferentes causas, desde el muy mencionado individualismo, la disminución de la tolerancia hasta el feminismo que permite a la mujer ser autosuficiente económicamente no aceptando situaciones que antes hubiese tolerado. 

Sí, hay muchas causas, pero poco se habla  de una muy presente que  individuos adultos en búsqueda de pareja reportan como una sensación de no cubrir las expectativas; “no ser lo que se debe”, “estar en desventaja”, “no ser lo que se busca”, estas expresiones sintetizan lo que hoy en día agobia a quienes buscan  compañía. Los modelos  cotizados que  la sociedad establece como arquetipos de lo que se desea crea parámetros muy rígidos que deja de fuera a un gran porcentaje de la población a la que pertenece la gran mayoría de los “simples mortales”. 

Estas vidas ensalsadas  de celebridades y excesos materiales crean un anhelo de reconocimiento, de “tener” lo que esta IN  para ser POPULAR y no lo que esta OUT para no ser un LOOSER.  El cambio de los valores de nuestra sociedad  también ha trasformado lo que hoy en día es un “buen partido”, pues los hombres mencionan que no es suficiente ser trabajador, fiel, honesto o tratarlas bien ya que una cartera abultada, amigos influyentes o un auto último modelo son más atractivos para ellas. Las mujeres dicen que ya no importa tener principios morales, ser trabajadoras, tener metas o ser “decentes” como les decía su mamá,  puesto que un cuerpo voluptuoso, una postura permisiva ante el alcohol y la infidelidad dan mayor resultado. 

Debido a estos cambios hay un nutrido grupo de la población que se encuentra con el desolador paisaje que implica no tener con claridad que buscar y a quien aceptar como pareja.