Es frecuente relacionar esta palabra con un conjunto de características físicas y mentales notorias que determinan la diferencia de algunos individuos, a los cuales actualmente se les da el nombre de personas con necesidades especiales. Pero el día de hoy, amable lector, quisiera darle a conocer otros síndromes quizá menos conocidos; el síndrome de Stendhal y del nido vacío.
Stendhal
Es conocido como la 'enfermedad de la belleza' y la mejor definición sería una sensibilidad suprema y un aumento de la emoción. Se manifiesta en una molestia psicosomática que lleva a un aumento del ritmo cardiaco, vértigo e incluso posibles alucinaciones en el momento que una persona está expuesta a una sobredosis de belleza artística, pinturas y obras maestras de arte. El nombre se remonta a principios del siglo XIX cuando un número considerable de personas sufrían vértigos y desvanecimientos al contemplar las obras de arte que había en la Galería de Uffizi que fuera el primer museo en la vieja Europa y que se encuentra en la muy artística Florencia, Italia. No fue hasta finales de la década de los 70, cuando una psiquiatra de ese mismo país estudió intensamente más de 100 casos y le otorgó el nombre de Síndrome de Stendhal. En una evocación al conocido filósofo. En la actualidad se dice que tal es el número de visitantes que lo padecen en esta ciudad de la Toscana, que incluso en el hospital de Santa María de Novella se ha creado un departamento especial dedicado a su estudio.
Nido vacio
El síndrome lo manifiestan directamente los padres cuando los hijos abandonan el hogar familiar. Aunque se puede dar por igual en ambos sexos, suele ser más frecuente o más notorio en el femenino. La madre, al ver y sentir la casa totalmente en silencio, entra en una fase de pena y reflexión sobre su vida, es frecuente escucharla decir frases como 'la casa está vacía' o 'tanto silencio me agobia' son muy habituales. La explicación con que la mujer culturalmente es educada para girar en torno a la familia y en especial a los hijos, al sentirlos ausentes la mujer siente se han ido y no sabe cómo llenar su nueva vida y darle sentido sin tener que girar en torno a nadie más que a sí misma. Esto viene provocado porque siente que ha estado años pendiente de cuidar a sus hijos, intentando formar una familia modelo y ahora tiene demasiadas horas libres. Lo más conveniente es que un especialista (psicólogo), les ayude a sobrellevar mejor la soledad y, de paso, canalizar su energía hacia el desarrollo personal
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