Siempre ha sido un tema que causa interés, desde la antigüedad se ha tratado de entender lo impredecible y lo que en ocasiones se considera designio de un plan llamado destino. A través de mitos las primeras civilizaciones buscaron respuesta a esos golpes de fortuna que parecían no estar a la disposición de todos.
¿Existe la suerte?, ¿es buena, es mala?, ¿de qué o quién depende? ¿Por qué no todos la tienen? Los griegos, que en cuestión de mitos eran de lo más creativos, creían que la fortuna era una más de esos hijos ilegítimos que el promiscuo Zeus (su máximo Dios) le gustaba procrear con mujeres mortales, la diferencia es que el veleidoso dios tenía una predilección por su hija fortuna y ante los celos de Hera, la esposa oficial, Fortuna fue motivo de muchas envidias. Ante las confabulaciones que estos sentimientos provocaban alrededor de su hija, Zeus decidió asignarle una tarea fundamental para que su ausencia en el Olimpo fuese impensable; la nombró recolectora oficial de la ambrosia. Alimento exclusivo de los dioses del cual dependía en parte su inmortalidad, esta emanaba de los frutos recolectados en las primeras horas del amanecer antes de ser tocadas por el sol pues perdían su poder.
Un día Fortuna fue apresada a por un mortal y al no llegar la ambrosia los dioses comenzaron a desfallecer, el humano fue requerido para devolver a la recolectora y al negarse fue disuadido por los dioses prometiéndole lo que él quisiera, lo cual le fue concedido. Desde entonces la leyenda contaba que quien atrapase a Fortuna sería gratamente recompensado, la Diosa comenzó a ser más cautelosa y escurridiza para no ser fácilmente atrapada.
Sin embargo hay quienes se encuentran con ella en el camino y al no estar preparados dejan pasar la oportunidad. Bucay* menciona que la fortuna es un conjunto de elementos que se presentan en la vida del hombre; estar en el lugar indicado, con las herramientas adecuadas y la actitud dispuesta. Esto para él es la suerte.
Una mente que cree en un mundo de oportunidades, será una mente abierta para el aprendizaje de nuevas herramientas así cuando la oportunidad se presente podrá saltar a ella. ¡Y atrapar a la diosa Fortuna!
*El mito de la diosa fortuna. Jorge Bucay. Edit. Océano.
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