jueves, 23 de septiembre de 2010

Los celos.

Por Licia López Carrillo

            Los celos manifiestan un miedo intenso a perder a la persona amada, existen en todo tipo de vínculo afectivo, incluso con los padres o entre hermanos. Pero lo importante es aprender a diferenciar si la manifestación es normal, si se presenta como una ligera preocupación, o si se vive de forma patológica (enfermiza), como cuando los pensamientos son tan obsesivos que incomodan o inhabilitan a la persona que los siente y limitan o acosan a la persona que es objeto de sus celos.
¿Cuál es su explicación?
El Dr. Alain Krotenberg quien es miembro de la Asociación Francesa de terapia cognitivo conductual menciona que los celos son una forma de paranoia, en la que el que cela “nunca se equivoca”, nada puede hacer que cambie de idea y vive en una lucha entre la evidencia y el deseo de evasión. Los celos suelen ser más frecuentes e personas con una autoestima baja, influye el hecho de haber crecido en ambientes inestables que le trasmitieron a la sensación de vulnerabilidad, estos sentimientos al despertarse aumentan la necesidad de mantener el control  sobre el otro porque no se siente lo suficientemente valioso para ser apreciado y eso lo lleva a temer su perdida. El que cela no teme perder tanto al que ama, teme quedarse solo y la posibilidad de que nadie más lo ame por ello se aferra. 

Personalidad del que cela.
La  inquietud de quien los padece persiste y se vuelve incontrolable y obsesiva y justifican sus acciones como formas equivocadas de mostrar amor,  el celoso puede desconfiar incluso de la mente de la pareja e interpretar cualquier acción como un acto de infidelidad. Estos pensamientos distorsionados suelen complicar la percepción de la realidad de una persona. Los sentimientos de celos están ligados al deseo de poseer al otro, para que no escape, pero en realidad ocultan una personalidad con dependencia afectiva.

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